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En ninguna parte, en algún lugar / Inon ez, nonbait

Comisario Juan Pablo Huercanos

28 abril 2023 – 17 junio 2023

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El proyecto En ninguna parte, en algún lugar constituye una aproximación hacia lo escultórico a partir de las intervenciones realizadas por Miren Doiz y Zuhar Iruretagoiena en la Galería Altxerri. Su presencia articula el encuentro de dos propuestas que se sustentan en su singular manera de abordar la consideración estructural de la escultura y en el modo de relacionarse de los elementos que la componen, para aproximarse a un registro formal que toma cuerpo como resultado de la interacción de ambos factores.

El título que articula este proyecto (una adaptación del de la novela de la escritora Christa Wolf “En ningún lugar, en parte alguna”) confronta el sentido positivo y negativo de su enunciado para, desde esa aparente contradicción, referirse a la dificultad de delimitar el momento en el que lo escultórico se hace visible y lo material adquiere otros sentidos. Algo que no ocurre en ninguna parte en concreto, pero sí en aquel lugar en el que la obra de arte se activa para concitarnos. En esencia, recuerda que lo más cerca que podemos estar de una cierta idea de certidumbre es a partir de la metáfora, la metonimia o del deslizamiento de conceptos, asumiendo lo incompleto como premisa de toda expresión.

La aproximación hacia lo escultórico de las obras de Miren Doiz (que muestra aquí piezas de nueva creación asociadas a otras pertenecientes al proyecto Un paisaje personal y culpable, junto con algunas piezas realizadas en los últimos años) parte de la memoria y del hacer pictórico en su proceso de acercamiento a la forma. La acción de pintar, no solo con pigmentos, sino con objetos y materiales, conlleva la activación de cuerpos construidos desde la fragmentación, como estética posible ante la necesidad autoimpuesta de resignificar objetos y materiales ya existentes. Sus propuestas apelan a la condición intempestiva del arte, en su capacidad para ir contra el tiempo pasado inscrito en esos objetos y proyectarse en el presente. Así se concibe una suerte de escultura anti aurática, erigida desde lo residual, que renuncia conscientemente a una forma ideal y en el que la pintura y el color constituyen los factores que permiten el ensamblaje de sus diferentes elementos.

Zuhar Iruretagoiena parte de la técnica del arrollado propia de la cestería tradicional para urdir las piezas metálicas que forman parte de la serie de Los ultracuerpos, que presenta por primera vez en esta exposición. En este caso, el uso del cable metálico condiciona un proceso de elaboración que lo aleja de cualquier funcionalidad y en el que las propias características del material y del modo de tejer determinan el devenir de un proceso que alcanza una disposición previamente no establecida. Factores como la rigidez, la ductilidad o el peso determinan la estructura final de las obras que se revelan, en su esencia, como el resultado de una gran acumulación de pequeños plegados y manipulados, minúsculos gestos escultóricos que se invisibilizan en favor de lo constructivo y que condicionan la emergencia de la forma a una temporalidad propia y acumulada. Su presencia se muestra en relación con otras obras en las que el anudamiento se materializa con otros materiales y disposiciones, junto con piezas de anteriores periodos en las que la condición estructural de lo escultórico resulta protagonista.

Juan Pablo Huercanos, comisario.